Sybile

lunes, 11 de junio de 2007

Sybile miro atenta la lluvia que moria al romperse contra el cristal, afuera un mundo se movia en una constante catarsis de locura y deseo. La voz de la memoria se repetia a si misma en un eco pendulante y sus pupilas enfocaban al infinito. Todo era la memoria. Tenia que irse a cenar con su familia, su novio la habia dejado, su gato maullaba y las cuentas se acumulaban sobre la mesita del comedor y en su monedero los billetes rebosaban. En silencio salio y dejo entreabierta la puerta, la gata salio corriendo y se perdio por los pasillos. Los pasos se repetian a si mismos, subio al auto. Habia recordado que tenia que pasar a revisar las llantas del auto, pero se dijo a si misma que lo haria mas tarde. El sabor del helado que habia comido mientras lloraba lo percibia en su labio superior y dentro del carro hacia mas frio aun que afuera. La genta caminaba bajo sombrillas y la tarde oscurecia en la enorme ciudad mientras cientos, miles de autos iban y venian por las avenidas. Todo parecia una enorme maqueta, una especie de montaje en donde todo era artificial y falso. Cientos de seres humanos sin proposito alguno que vivian engañados por la maquinaria social arrastraban sus pies a ningun sitio bajo la mirada atenta de un puñado de ambiciosos empresarios, politicos, sacerdotes y gobernantes. Las luces de los semaforos parpadeban en una danza ambar, verde y roja. El aire conservaba un aroma extraño, a alquitran humedo, a persianas cerradas, a sombrillas mojadas, siguio derecho por la avenida, luego doblo a la izquierda y unas veinte cuadras adelante se detuvo. No se por que he venido, pensaba, de todos modos nada sera igual. Unos niños jugaban al otro lado de la acera, entro, ahi estaban sus padres y su hermano con su esposa y sus dos hijos. El aroma que venia de la cocina era calido y sugerente, la luz ambar de una araña de cristal cortado que colgaba en lo alto de la sala le daba a todo un aspecto de añejada elegancia. Sus padres la miraron y le saludaron cordialmente, al igual que su hermano, su esposa y los dos pequeños que jugaban. La cena transcurrio normal... Al salir a la calle el aire frio de la noche le dio una pequeña bofetada y el cielo no tenia estrellas, todo era contaminacion. Regreso a casa, dejo las llaves en su mesita y durmio. Soño que volaba, pero que no podia irse lejos, que una especie de hilo invisible la mantenia atada. Al amanecer sentia dolor en sus brazos y piernas, y noto un pequeño moreton en el muslo. La gata ya no estaba. Seguramente se habia escapado. Habia un ligero olor a gas en la cocina, el piloto se habia apagado. Abrio las ventanas y un sol radiante entraba por ellas, calentando la habitacion. Se dio una ducha, tomo las llaves, algunas cosas que no importa comentar y bajo. Subio al carro, lo llevo a revisar y tomo una de las calles de la ciudad. Manejo hasta la salida de la ciudad y tomo una carretera que la llevaba a ninguna parte, lejos de todo, lejos de la ciudad, lejos de la vida.

1 comentario:

The travelling Moffin dijo...

Hola Hola!
Pues, creo que ya te conseguiste otra lectora ehh. Tus posts son bastante interesantes, aunque no he tenido tiempo de checarlos muy bien. :P
Saludotes y un beso