Escuche como aventaba los platos sobre mi cabeza, yo la veia molesto, con razon o sin ella estabamos enojados, yo esgrimia mis argumentos, ella se defendia, probablemente lo mejor era que empacara mis maletas y me fuera de ahi antes de que ella me corriera, su voz retumbaba en mi cabeza y me recordaba algo que habia sentido. No queria irme pero tenia miedo de quedarme y de que ella no me aguantara mas, sali corriendo por la puerta trasera. Arranque el carro bajo una lluvia agobiante, y me fui sin decir nada.
Ficciones
No puede pasar un dia sin que nos enojemos
lunes, 11 de junio de 2007
Publicado por K en 15:10
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