Des (a) nuda

sábado, 29 de diciembre de 2007

Me llamas en un instante voraz,
como una llama nocturna,
un instante que se derrama en el reloj de la locura.

Tu invocación es irresistible,
saeta de fuego encendiendo la pasión insomne
me provocas una y otra vez hasta que te atravieso,
y me vuelvo uno contigo,
y nuestra piel es un mapa del que somos continentes,
y la ausencia un océano que atravesamos
hasta acariciarnos.

Despierta amor,
las pasiones secretas,
los suaves besos lúbricos
y terribles caricias
que desatan el fuego
mineral de nuestra sangre.

Alucinaciones

Me recuerdas la voz y la mirada,
la noche, la tarde y la serena ausencia
tu paz, tus pasos, tu boca boreal
y la constelación de tu cuerpo.

Cómo una flecha atraviesas el aire
desgarrando el frágil tiempo
hasta llegar a mi sin saberlo,
se acercan las horas del crepúsculo
y se dilatan las pupilas en el fuego.

Déjame desaparecer sin que se entere el viento,
llevame en tu cuerpo,
arrastrame como un amuleto de amor maldito
que jamas abandones sin consuelo.