Vuelan peregrinas las palabras
sobre una noche luminosa
se encienden las velas celestes
y en el horizonte pastan blancas nubes
en el sueño dormita un nombre
Andrea magnifica,
heroica, maravillosa,
la lluvia retrocede hasta el cielo para no mojarte
y mis ojos se deslumbran con la profundidad de tus caricias
dejame desaparecer en una explosion con tus caricias
mientras el viento del sur se lleva consigo nuestros placeres.
Andrea
miércoles, 18 de julio de 2007
Publicado por K en 21:43
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